Un curso en la Universidad de León acerca a 35 estudiantes de Educación Física las utilidades de las corrientes eléctricas aplicadas al músculo
Los profesores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de León Juan García López y José Gerardo Villar han organizado el curso de EMS aplicada al deporte, donde explican a los alumnos las aplicaciones de esta técnica con argumentos científicos: han demostrado que la electroestimulación mejora la fuerza máxima e incrementa el volumen muscular. “La electroestimulación es la aplicación de corrientes eléctricas a los músculos mediantes electrodos”, explica a Juan García López, profesor de Biomecánica. “Se puede aplicar a todos los deportes y a diferentes ámbitos, como la recuperación de lesiones, el entrenamiento de capacidades física y la recuperación después de un esfuerzo”, argumenta. La estimulación eléctrica del músculo “simula el ejercicio físico”, contrae el músculo por la corriente que se propaga a través de él. El trabajo muscular depende de la intensidad de la corriente y la frecuencia de descarga: “La de entrenamiento es una corriente más dura, mientras que en la de rehabilitación se dan menos estímulos”, puntualiza García López.
“La electroestimulación no es la panacea”, reflexiona el profesor de la Universidad de León. “Lo que queremos con este curso es mostrar a los alumnos las verdaderas aplicaciones que tiene para el deporte, que puede ser un complemento para algunas actividades”. Esta aplicación está basada en estudios científicos. Los propios organizadores del curso han realizado una investigación con estudiantes de Educación Física donde “demostramos que la electroestimulación mejora la fuerza bruta máxima e incrementa el volumen muscular”, asegura García López. “Sin embargo, no sirve para mejorar la capacidad de salto y la velocidad”.
RECUPERACIÓN ACTIVA
Según un estudio que comprende las investigaciones sobre electroestimulación, esta técnica tiene más efectos sobre la fuerza cuanto menor es la preparación física. Sin embargo, “donde más evidencias científicas hay de su utilidad es en la recuperación después de realizar un esfuerzo”, opina el investigador de la Universidad leonesa. “Hay estudios que demuestran que el daño muscular después de jugar un partido de baloncesto es menor cuando se aplica electroestimulación. Se miden marcadores biológicos del daño muscular y se comprueba su evolución en grupos que utilizan electroestimulación y otros que no”, argumenta García López. Esta recuperación activa se puede hacer con ejercicio físico, “pero muchas veces el deporte de élite no tiene tiempo para hacerlo”. Así, ésta sería una de las principales aplicaciones de la electroestimulación en el deporte, la recuperación después de un esfuerzo y su utilización como un complemento del entrenamiento específico.
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